Luces y sombras de la interculturalidad
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Tuve el honor de entrevistar a Gabriela Arias Uriburu.
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Como muchos de ustedes sabrán Gabriela fue protagonista de una difícil historia en la que sus hijos fueron llevados a Jordania por su padre, sin permiso de la justicia.
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A partir de ahí se inicio una inmensa labor que llevó a Gabriela a construir todo un camino en la superioridad de los derechos del niño a través de historias similares a la suya, en donde los niños no eran contemplados.
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Su intenso trabajo para reconstruir el vínculo con sus hijos a la distancia, siempre privilegiando el amor, han ayudado a ir sanando esta dolorosa herida. Su historia es un ejemplo de resiliencia, pero, por sobre todo, de cómo una persona, frente a un enorme abismo intercultural ha podido ir integrando estas diferencias poniendo siempre foco en el amor.
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Hoy, se dedica a acompañar a muchísimas personas a curar sus propias heridas, a través de cursos, talleres, conferencias, libros. Su misión es lograr una integración entre oriente y occidente en un momento clave de la humanidad.
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Conversamos con ella de diferencias culturales, como conocerlas, respetarlas, incorporarlas y por sobre como lograr un diálogo que nos enriquezca a todos.
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Nos hizo reflexionar sobre todas nuestras relaciones y en especial sobre cómo enfrentar a otra cultura con una actitud abierta sin perder nuestra identidad.